Otro de los estilos que influyó en la moda fue el surrealismo, un movimiento basado en el afloramiento del subconsciente, en el mundo de los sueños, de la fantasía, la irrealidad. Para ello se estrechó el talle a través del corsé y se almidonaron las diferentes partes del vestido. Hacia 1680, las casacas llegaban hasta la rodilla y llevaban chalecos de brocado, calzas cortas y medias. Los sastres franceses (couturiers) gozaron de gran prestigio y lo último en moda (dernier cri) se propagaba con rapidez por el continente: cada mes llegaban a Londres dos maniquíes con los últimos modelos de la Rue Saint-Honoré, llamados «Pandora mayor y menor», por la primera mujer en la mitología griega.